Friday, January 11, 2008

Prisionera



Te desistes de mí,
mi prisionera,mi hada negra,
hechicera de carne dulce.
Te revuelves en el límite del metal
y conviertes mis deseos en espinas bañadas en ácido sulfúrico.
Comprimes los rayos de luz en tus costillas
y apagas con tu deseo las estrellas,
envolviendo tu frío en lluvia.
Se llena la sed de ti, de tu figura de agua gris,
de la tormenta de tus ojos de huracán,
de tu poder de destrozar mi furia con lo que eres.
Me conoces,
posees el poder de arremeter en mis ganas
y atravesarte en el techo azul violeta de este cielo,
te doblas después con desprecio, para no mirarme.
Mi placer te toca,
suprema excitación delirante entre el borde de mis dedos,
te odio…Y me derrites
-y haces que te ame-.
“Lames la cárcel que te viste y sufres al ver que no se oxida, no se quiebra, no se desvanece”.
Tu saliva se desliza -deliciosa humedad goteando-
Tus manos abrazadas por la luz dibujan conjuros que caducaron hace días,
te encadenas en tu textura de mármol
y tus ojos profundos color onyx brillan solo para mí.
Tal vez amarte será reptar por encima de tu vientre,
aunque no me lo permitas.
¡Soy yo tu prisionera y no puedo dejarte libre!

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