Sin mentiras blancas
Algunas veces abusé de mis mentiras blancas,
las usé tan repetidamente que no volvieron,
entontes comenzaron las otras,
esas mentiras que no hacen espacio
al arrepentimiento,
las imperdonables,
las del diálogo subalterno de personalidades.
Que imperdonable fue entonces mentirle,
ver sus ojos fijos en mi boca,
como queriendo apartar las cortinas de la duda,
como queriendo creer en cada sonido,
Y yo acentuando en mis muecas la convicción de
engañarla,
que estupida fui!
Después ya nada tubo remedio,
ni sus propósitos de perdonarme,
ni sus llantos malgastados en nuestros reencuentros,
ya no había condena que pudiera ser pagada
y ella pudiera admitir el regreso.
las usé tan repetidamente que no volvieron,
entontes comenzaron las otras,
esas mentiras que no hacen espacio
al arrepentimiento,
las imperdonables,
las del diálogo subalterno de personalidades.
Que imperdonable fue entonces mentirle,
ver sus ojos fijos en mi boca,
como queriendo apartar las cortinas de la duda,
como queriendo creer en cada sonido,
Y yo acentuando en mis muecas la convicción de
engañarla,
que estupida fui!
Después ya nada tubo remedio,
ni sus propósitos de perdonarme,
ni sus llantos malgastados en nuestros reencuentros,
ya no había condena que pudiera ser pagada
y ella pudiera admitir el regreso.
3 Comments:
Mentiras blancas o negras todas consiguen herirnos al final del todo, Abrazos querida Daly
de aplausos mi querida amiga, de aplausos
un abrazote fuerte
Hermosa, siempre queda un lugar para el perdón, siempre siempre. El problema está cuando nos perdonan y no sabemos como perdonarnos a nosotros mismos...
Me encantó el poema, se te extrañaba.
Ando en México DF, si andas poracá me avisas y nos juntamos!!
Besotes!!
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