DAnieLa
Volvía a tus manos frías,
a tus infiernos consagrados,
a tus besos que congelaban mis labios.
Seguía ese camino de tu espalda
que nunca tenia fin,
me dejabas respirando a la mitad,
obsesionada con el siguiente paso,
y tu aroma,
y tu respiración,
tan frecuente y ondulada,
como humo consistente apenas visible.
Tu alma queriendo escapar
y tu tacto amarrado a los bordes de mi piel.
a tus infiernos consagrados,
a tus besos que congelaban mis labios.
Seguía ese camino de tu espalda
que nunca tenia fin,
me dejabas respirando a la mitad,
obsesionada con el siguiente paso,
y tu aroma,
y tu respiración,
tan frecuente y ondulada,
como humo consistente apenas visible.
Tu alma queriendo escapar
y tu tacto amarrado a los bordes de mi piel.
1 Comments:
Siempre pienso en que uno se curza con ese poema indicado en el momento justo, si bien es verdad que no conozco a ninguna Daniela que me haya afectado en lo emocional, como siempre lo hacen tus palabras, adoro tus formas, tus maneras y tus bases.
Me llegás.
Besotes
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